Atención de las necesidades básicas para personas y familias.

Programa de urgencia social y atención de las necesidades básicas para personas y familias en situación de vulnerabilidad y exclusión social garantizando los derechos fundamentales y la complementariedad con los servicios sociales para la progresiva inclusión de las personas beneficiarias. Financiado por IRPF La Rioja.

Nuestro proyecto abordó la urgente necesidad social de aquellas personas cuyos derechos sociales básicos habían sido vulnerados. Durante estos años, nos enfocamos en mejorar nuestra capacidad de respuesta temprana para aquellos en exclusión residencial crónica, especialmente durante los crudos inviernos donde un techo se convierte en una necesidad primordial. Las personas afectadas por situaciones imprevistas como el desempleo, problemas administrativos, desahucios, se veían obligadas a enfrentarse a la crudeza de la calle.

La provisión de alimentos también fue una prioridad, reconociendo su impacto directo en la salud física y emocional de quienes carecen de recursos para acceder a una dieta básica y saludable. Estas necesidades no cubiertas directamente impactan en la violación de los derechos sociales de estas personas.

Las necesidades primarias esenciales para las personas, como la alimentación, los cuidados personales fundamentales, especialmente el vestido y la higiene, entre otros, junto con otras necesidades especiales de la primera infancia, como la alimentación infantil y dietas especiales prescritas, eran áreas críticas que enfrentaban una falta de cobertura. Esta carencia comprometió a corto plazo la integridad física y psicológica de las personas afectadas.

Durante ese período, estas necesidades básicas estaban insuficientemente atendidas, lo que generaba una situación preocupante para aquellos que dependían de ellas para su bienestar diario. La falta de acceso a alimentos adecuados, cuidado personal adecuado y otros servicios esenciales para la salud y el desarrollo humano dejaron a muchos en una situación de vulnerabilidad extrema.

La situación de las personas sin hogar que también se vio afectada en numerosas ocasiones por problemas de salud derivados del alcoholismo, adicciones a sustancias tóxicas e incluso infecciones debido a la falta de higiene adecuada. Además, muchas de estas personas enfrentaban discapacidades que complicaban aún más su situación.

El acceso al sistema sanitario y a la información de salud pública se convirtió en un desafío significativo para las personas sin hogar, lo que resaltó la necesidad imperiosa de protegerlas. Iniciativas como el reparto de mascarillas, kits de higiene y el acceso a la vacunación fueron consideradas esenciales para abordar la crisis de salud pública a nivel general. La comunidad y los grupos dedicados al trabajo social lucharon por abordar estas deficiencias y asegurar que las personas tuvieran acceso adecuado a los recursos necesarios para cubrir estas necesidades críticas. Sin embargo, queda claro que se necesitaban esfuerzos más amplios y coordinados para abordar este problema de manera efectiva y garantizar que nadie quedara desatendido en términos de sus necesidades primordiales.