Misión

Remar se constituye fundamentalmente para ayuda moral, cultural, material y espiritual a personas marginadas socialmente. Esta ayuda se adapta a las necesidades de cada persona y es de carácter voluntario y gratuito.

«Porque TUVE HAMBRE, y me disteis de comer, TUVE SED, y me disteis de beber, ESTUVE DESNUDO y me cubristeis. » – Mateo 25.


REMAR tiene como misión mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, las familias y comunidades en países y regiones pobres, a través de proyectos autosostenibles de desarrollo integral y actividades de sensibilización, con la finalidad última de propiciar cambios estructurales que contribuyan a la erradicación de la pobreza.

Luchar contra la marginación, el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción; y trabajar para erradicar las causas estructurales que las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.

Visión

Nuestra visión, cuyo fundamento es el Evangelio Cristiano, es que cada persona, hombre y mujer, en virtud de su dignidad e igualdad fundamental sea capaz de ser, por sí mismo, agente responsable de su mejora material, progreso moral y de su desarrollo espiritual, y goce de una vida digna.

Principios y Valores

La cultura que orienta nuestra organización y la gestión de los recursos está conformada por valores de Respeto a Nuestro Creador y a nuestros Semejantes:

Trabajamos por amor a Dios y al prójimo: La dignidad de la persona, eje y fundamento de todo proyecto social, económico, político y cultural. El destino universal de los bienes, orientados a garantizar condiciones de vida digna para todos. El bien común, que se considera alcanzado cuando los derechos humanos son garantizados, respetados y promovidos. La Solidaridad, como determinación firme de trabajar por la justicia, de manera organizada y perseverante, por la vida digna de las personas más empobrecidas de la tierra.

  • El voluntariado como cultura de servicio y la gratuidad, como alternativa a la competitividad y el economicismo, en orden a la transformación más justa y solidaria de la sociedad.
  • El voluntario asume las responsabilidades de los órganos de gobierno, dirección y gestión.
  • La austeridad en los gastos y en el consumo, orientada al compartir y al desarrollo de estilos de vida sostenible, respetuosos con el medio ambiente.
  • La cultura de la paz, construida sobre el diálogo, la reconciliación, la amistad y el respeto por la vida, no colaborando en ningún caso con acciones bélicas, partidistas o que impliquen violencia al ser humano o a la naturaleza.
  • La cooperación y la coordinación con otras organizaciones para atender las solicitudes de todas las personas en situación de exclusión, sin distinción de sexo, raza, país o religión.